jueves, 28 de febrero de 2013

Navegar, navegar,

Entonces cuando me enojo y todo se está por ir al carajo, lo único que tengo que hacer es escuchar la música que me hace acordar a vos y volver a sonreír.

viernes, 22 de febrero de 2013

Aunque no estés.

La primera vez que lo vi me llamaron la atención sus rulos y que estaba solo sentado en la barra viendo el celular: no sé si se fijaba la hora o si tenía señal, pero yo estaba con mi hermana y un chico que habíamos conocido esa noche y me acerqué a hablarle.
La música sonaba de fondo y charlamos y bailamos y terminamos viendo las olitas que iba dejando el barco a medida que avanzaba.
Después de despedirnos esa mañana no lo volví a ver hasta dos días después en un bar de los tantos que había en ese crucero de 15 pisos, me senté en una mesa con él y me ayudó a ir tapando los números que salían en el bingo, no gané nada pero  hablé con él, mucho.
Lo volví a cruzar cerca del sector de la pileta y estaba con una chica: celos, muchos,  pero especialmente irracionales: ¿cómo puede ser que sintiese celos si lo había conocido hacía 4 días?.
Pasaron los días y en la última parada del crucero, Punta del Este, mientras trataba de sumergirme en ese mar de agua transparentes junto a mi hermana y mi tía, lo vi. Estaba en el muelle haciendo la fila para subirse al catamaran que nos llevaba al crucero.
Nos saludamos con la mano, le hice señas que viniera aunque me indicó que ya se iba, me sumergí al agua fría  y lo vi  mojándose los pies en la orilla del mar.
Nadamos, tomamos sol y me dijo "Nos vemos esta noche, la última". El corazón latió fuerte:  yo no me decidía a dar "el paso" pero si iba a pasar algo que lo decidiera él.
Boliche, música, tragos, sillones y ahí estábamos todos: la chica con la que lo había visto cerca de la pileta, mi hermana, él y yo.
Misteriosamente, su amiga y  mi hermana desaparecieron por lo que nosotros nos fuimos a la cubierta del barco y hacía frío y viento y el mar estaba lleno de olas y entonces se acercó, me cubrió del frío y lo supe: se acercaba el momento, esos segundos previos a un beso donde los dos saben qué es lo que va a pasar, la adrenalina, la ansiedad y el "me gustas" en los ojos. Entonces, como en Titanic donde se encuentran en la punta del barco Rose y Jack, me di vuelta y me encontré con su boca, dulce, tierna, suave.
Esas últimas horas arriba del barco hablamos, nos besamos, reímos, desayunamos y nos despedimos, él volvía hacia Tucuman y yo a Buenos Aires.
No sé si lo volveré a ver, él está allá y yo...yo acá pensando en él.



"Y si vos querés te voy a buscar 
Para que los días no se vayan sin pensar. 
Y si vos querés te voy a buscar 
Y dejamos los caminos libres de humedad."


(Lisandro Aristimuño- Canción de amor)