lunes, 2 de diciembre de 2013

Primera vez.

Me dijeron que soy "careta" y "una mierda de persona". Imaginate, vengo de pasar una noche regia con un amigo y mi hermana, bailé mucho, me reí, tomé agua y un poco de cerveza, volví caminando sola a mi casa, disfrutando de la mañana de un domingo a las 8.00 am, con el calorcito del verano que se acerca y de la paz de la ciudad, sin autos, bocinas.
Me levanto, entro a mi Facebook y tengo un mensaje de alguien, a quien  había considerado mi amigo y que en su momento me gustó mucho, diciéndome eso. Careta. Careta. CA-RE-TA. C-A-R-E-T-A. Mierda, mierda de persona. Mierda.Mierda.Mierda.Mierda. M-I-E-R-D-A.
En 24 años jamás nadie me había dicho eso, nunca. No sé si porque no se animaron o porque no soy así pero...
Yo sé que no soy así, no soy hipócrita y no demuestro algo si en realidad no lo siento.
Si me caes bien, te lo muestro, si me caes mal, también. Si me molesta algo, te lo digo en la cara, si me haces feliz, también.
Siempre traté y trato de ser sincera, de decir las cosas de una u otra forma pero siempre las digo.
Por suerte, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo y demás personas que han sido importantes (o no) en mi vida, con quienes me he cruzado alguna que otra vez, jamás me dijeron algo así.
No es soberbia pero sé muy bien quién soy y qué tengo como valores, virtudes y defectos.
Me podés acusar de mala onda cuando estoy de mal humor, incluso de volada, porque tengo momentos en los que me desaparezco del mundo y tienen que andar buscándome para saber si vivo o no, qué hago o dejo de hacer. Me podés acusar de un montón de cosas, por mis defectos, pero jamás de careta, jamás de hipócrita y mucho menos de "mierda de persona".
Pero siempre hay una primera vez para todo.
Y duele, mucho.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Lo que me hace feliz.

Pasar un domingo a la tarda sentada en el sillón de Playa Unión tomando mates con mis viejos y mi hermana mientras hablamos de pavadas o de cosas importantes,  comer con mi familia un asado hecho por papá o unas buenas pastas caseras producción de mi abuela Peti, hablar con mi abuela Cari sobre sus experiencias de vida o ir de shopping con mi tía o a tomar un café.
Caminar por la playa y escuchar el sonido del mar cuando me despierto en mi habitación de Playa Unión, mirar el cielo a través de la ventana de mi habitación, sentir el viento fresco en la cara.
Tomar una cerveza cualquier noche junto a mis amigos, reirme hasta llorar al escuchar anécdotas de ellos o hablar de sexo para compartir experiencias, ir al cine con mi mejor amiga y hacer comentarios durante toda la película, hablar por teléfono durante horas, coincidir en skype con mi amiga de Trelew, estar sentada en una mesa y mirar a mis amigos de los sábados mientras pienso "qué feliz que me hacen, qué buenos amigos que tengo".
Pasar un día sin hacer nada con mi hermana, que me acompañe a comprar ropa y me asesore con el vestuario, ir al supermercado, ordenar la casa con ella y ver contentas qué lindo que queda todo bien ordenada y limpio.
Leer mis libros preferidos una y otra vez antes de irme a dormir, disfrutar de mi cama de dos plazas para mi sola y acostarme a lo ancho sin preocuparme porque voy a patear o molestar a otra persona.
Ir a la facultad, preocuparme por las materias que curso y por mi grupo de amigos con quienes a veces vamos a tomar cerveza a la vuelta de la universidad y reir a carcajadas de las discusiones que surgen cuando grabamos un documental.
Ir al trabajo, esforzarme por hacer lo mejor posible todas las tareas que me asignan pero porque quiero que las cosas se hagan bien, estar contenta por poder aplicar lo que aprendí en cuatro años de carrera y lo que esto estoy estudiando ahora.
Caminar, ir al gimnasio, mirar una película en el sillón, hacer la tesis con mi compañera mientras ponemos música de fondo, ir al campito a visitar a los perros que otros han abandonado y recibir y dar muchos mimos de parte de ellos.

Eso me hace feliz, esas personas y esas actividades son algunas de las que me preocupan y me interesan, si hay algo que no pertenece a ese grupo realmente no me llama la atención y me importa muy poco lo que pase fuera de eso.
No es por ser egoísta sino porque aprendí, después de varios golpes, a no brindar mi tiempo y esfuerzo a personas que no me demuestran que les importo, a cosas que realmente no me suman, no me sirven, como una discusión sin sentido con alguien que realmente no es mi amigo, porque ya me preocupé  (y ocupé) mucho tiempo por gente que ni siquiera me consideraba o le importaba. Aprendí a distinguir a los verdaderos amigos de los que son solamente para hablar, pasarla bien y que quede todo ahí.
Entonces, ya ni me preocupo por cosas que no son importantes (para mí).




domingo, 3 de noviembre de 2013

No me decido.

Tengo muchas ganas de escribir sobre varias cosas pero no me decido por cuál: de cómo me va en la tesis, del documental de Katy Perry que estoy viendo exactamente a las 6.42 am después de una noche de baile y birra, de lo posesiva que me vuelvo con mis amigos  (hombres, aclaro), de mi amigo que me vino a ayudar cuando tuve que subir 2 sillones de un cuerpo y uno de 2 cuerpos por cuatro (si CUATRO) pisos, de mi chongo que no aparece, de cómo me siento feliz estando con amigos en cualquier bar mientras tomamos cervezas, de cómo me amigué con un amigo que hace mucho no veía, de las ganas que tengo de encontrar un compañero, un novio.
De las cosas que me duelen: mi compañera de trabajo histérica que me contesta muy mal, de las peleas con mi mamá, de las ganas que tengo de pasar las fiestas con mi familia pero no puedo por mi trabajo, del dolor que tengo en el dedo índice de la mano izquierda por ayudar a un amigo a sacar los restos del vidrio del auto porque le robaron el estereo y me corté, de las ganas de que reviente el mundo, de mandar a todo y todos a la mismísima mierda y que me dejen tranquila, de empezar de nuevo, de no sufrir.
Puedo escribir sobre nuchas cosas: del quilombo que es mi casa, de las amistades que siempre están dispuestas a ayudarme, de cómo estoy retomando mis clases en el gimnasio, mis horarios, de lo cansada que vuelvo del trabajo y de cursar, de la cachorrita que le regalamos a mamá, de las ganas de formar una familia pero siento que falta muchísimo tiempo, de lo ebria que estoy en este mismo momento, de las risas de mis amigos cuando ven que saco de mi cartera unas chatitas o /y ojotas para poder cambiarme los tacos de 109129 metros  y que no me duelan los pies, de mi abuela que está inmersa en su propio mundo y muchas veces no se acuerda que estoy en Buenos Aires y no voy a ir a tomar el té con ella, de lo feliz que soy pasando un tiempo con mi mejor amiga o tomando algo a la vuelta del bar de la Universidad con mis amigos de Comunicación, de la risa de Sofi cuando digo alguna pavada, de las miradas con Agustín (y que nos entendemos), del cariño que siento de las personas que me rodean, del pucho compartido, del sol asomando por la persiana del living, de la HzO que estoy tomando en este momento para aliviar la sed, de mis nuevos sillones, de lo mucho que ansío cumplir mis objetivos, de admitir que soy materialista y que realmente deseo tener un buen pasar en un futuro no muy lejano manteniéndome sola sin ayuda de mis viejos, de mi sueño de vivir en otro país para aprender el idioma y la cultura., de mi amigo que se niega a contarme qué le está pasando realmente, de ese profesor que me gusta hace dos años.
Tengo muchas ganas de escribir sobre muchas cosas pero no me decido por cuál.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Nada entre vos y yo.


Estoy enojada, muy, es un momento en el que pienso ¿posta?¿ me estás jodiendo?, o sea ¿ después de todo lo que hice por vos, haces esto? ¿no me hablas, no me contestas, no nada y saltas con esta pavada?.
Entonces me doy cuenta que es así, que hay personas que realmente no valen la pena, que no tengo que angustiarme o enojarme porque hay gente que no cambia más, que no evoluciona, se queda estancada en un lugar y no avanza (ni retrocede, si por lo menos retrocediera bueeno, al menos hacen algo), que no tienen códigos, nada.
Cambio de actitud de un renglón al otro.
Y caigo en la cuenta de que es verdad que no podemos tener ningún tipo de relación porque no hay nada en común entre vos y yo: ni valores ni objetivos, ni los mismos intereses o aspiraciones, ni siquiera compartimos los gustos por la comida, bebida, hábitos de la vida cotidiana, características de personalidad, ni amor, ni amistad, ni nada. 

Ni, ni, ni, no,no,ni,ni,nada.

No hay nada entre vos y yo.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Para Lean L. (todavía).

Para Lean,
No sé si lees o no mi blog pero sentí la necesidad de escribirte específicamente a vos y quiero decirte que
tengo imágenes, sensaciones, hechos, conversaciones, bien grabadas en la memoria, recuerdo exactamente todo.
Por ejemplo, me habías mandando un mensaje a mi celular diciéndome que estabas en frente de la juguetería, del 2do piso del Shopping Abasto, y yo estaba justo en frente, en una librería.
Te vi: tenías un pantalón beige, un buso rojo,una mochila negra y un gorro negro, era invierno, segunda semana de julio más exactamente un sábado, el shopping estaba atestado de gente caminando por todos lados.
Más tarde me dijiste que ya me habías visto pero no te animabas a acercarte, por eso me mandaste ese mensaje de texto, y así fue como nos encontramos por primera vez.
Me acuerdo que te abracé y te di un beso en la mejilla, pude sentir que estabas usando un desodorante Axe, que tenías un lunar en el ojo izquierdo y una sonrisa hermosa, solo para mí. También me di cuenta que éramos el uno para el otro porque mi cabeza quedaba perfectamente disponible para que apoyes tu pera en ella.
Caminamos, hablábamos y se notaban los nervios y esa energía de cuando sentis que es ese, el amor de tu vida, el ideal, el indicado, el único.
Fuimos al subsuelo, justo en frente del Todo Moda, con mis viejos y mi hermana y papá te invitó a merendar con nosotros pero vos lo único que pediste fue una gaseosa, Sprite, que después en un momento de torpeza volcaste por toda la mesa y me di cuenta que morías de vergüenza pero nosotros nos reimos.
Hablaste con papá, porque los dos habían ido a una escuela técnica, de lo que querías hacer, de lo que ibas a estudiar, de cómo nos conocimos, de que te gustaría ir al sur.
Después mis viejos se fueron a caminar por algún lado del shopping y nos quedamos solos, asi que fuimos a dar unas vueltas y terminamos en Musimundo, ese que estaba a la izquierda de la entrada sobre la calle Agüero, y hablábamos de nuestros gustos musicales cuando me acerqué un poco más a vos, riendo, me miraste a los ojos y me atrajiste hacia vos con la mano en la nuca y ahí fue: ahí fue nuestro primer beso.
Un poco torpe, sin casi ninguna coordinación, dulce, sorpresivo, lleno de ansiedad pero hermoso, en todo este tiempo jamás tuve un beso tan lindo, eso demuestra que lo nuestro fue verdadero, especial, único.
Después subimos al primer piso, caminamos, yo comía un chupetín, nos escondimos detrás de una columna y nos dimos un par de besos más, a esa altura ya íbamos de la mano, sonriendo, felices.
Quedamos en vernos otro día, esa misma semana, cuando yo no paseara con mi familia, y ese fue el comienzo.
Quiero que sepas que me acuerdo de todo: de la salida al cine, que vimos Madagascar, que me regalaste una tarjeta, que la guardé cual oro, que te dí un beso en agradecimiento por ese regalito, que nos dimos la mano debajo de la mesa cuando estábamos almorzando con mis viejos sobre la calle Florida, que ese día estaba un poco fresco, que nos reímos a carcajadas, que no vimos ni una sola escena de la película por estar besándonos todo el tiempo, de la plaza sobre Av. Córdoba, del Botánico, de la Plaza Houssay,de las canciones que me dedicaste,  de mis lágrimas y las tuyas, de mi enojo, de la plaza San Martín, de todas las llamadas que nos hicimos, de todas las conversaciones y peleas que tuvimos y también de todas las reconciliaciones y los "te amo".
Teníamos 11 años cuando hablamos por primera vez, 15 cuando nos conocimos y fuimos novios, después cuando desapareciste en diciembre, tenía 16 cuando pasé el peor verano de mi vida, 18 cuando nos volvimos a reencontrar y te volví a perder, 21 cuando me recibí y por esas casualidades (o no), vos estabas con tu novia que justo se egresaba el mismo día y horario que yo.
Tengo 24 y a pesar de que me enamoré, de que quise muchísimo a otras personas, que vos hiciste tu camino y yo el mío, que hace mucho que no hablamos ni sé nada de vos, quiero que sepas que me sigo acordando cada 21 de junio de tu cumpleaños y que cuando me estoy por dormir, todas las noches, lo último en lo que pienso, siempre, es: ¿qué estará haciendo Lean?.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Soltar, dejar ir, let it be.

La sensación ya me es muy familiar: nudo en la garganta, dolor de estómago, se me fue el hambre de repente, incomodidad y en especial, tristeza.
Siento que retrocedí a mis 16 y 19 años, aunque cuando tenía 16 fue estar en carne viva (aún hoy todavía me duele) y a los 19 también dolió pero menos.
De todas maneras siempre dejar ir a alguien que querés mucho, que te gusta y por quien te preocupas es difícil, duele, molesta y da bronca.
Supongo que a veces ciertos finales son necesarios para tener un nuevo comienzo, soltar finalmente a una persona que fue muy importante para que lo siga siendo pero desde otro aspecto (pongamosle la etiqueta de "amigo") es un cambio, una transición que lleva tiempo y pensar, mucho, pero por sobre todo son lágrimas, muchísimas, repasar cien mil veces todos los detalles, recordar porqué no funcionó y porqué vos estás acá y él allá y que no comparten nada más que un puñado de recuerdos lindos, agradables, sacarlo del corazón (un poco) y de la cabeza, desacostumbrarte a todo, empezar a olvidar cómo eran sus besos, sus abrazos, cómo era dormir juntos, su risa, su forma de tratarte, la manera en que vos le hablabas y  sonreías y lo mirabas y sentías.
Es arrancarte algo vivo del alma y del corazón, de a poco, esperar que cicatrice y un día poder levantarte de la cama que te sirvió de refugio durante un tiempo, volver a ver a tus amigos, a comer, a salir, y sentir "estoy bien, ya pasó, una cicatriz más en el corazón pero es eso, una cicatriz,siempre va a estar pero sigue habiendo lugar para más cicatrices".
Soltar, dejarlo ir, let it be.



Soundtrack VI.

Pasé casi 3 años compartiendo cervezas en el balcón, salidas al cine, paseando por Plaza Francia una tarde de domingo, tomando cuba libre en Bs. As Design, fuimos a ver Fuerza Bruta, estudiamos cada uno sus materias pero igual compartíamos contenidos en común, hablamos mucho, dormimos juntos siestas y noches, me emborraché junto a él un par de veces, hicimos karaoke un sábado por la noche y nos morimos de risa, pasamos 2 hs haciendo fila para una Feria del Libro, fuimos al Zoo, pic-nics, pasamos tardes leyendo, mensajeamos mucho, hablamos por teléfono bastante seguido, chateamos otro tanto, peleamos dos o tres veces, salimos a bailar, vimos tele tirados en los sillones, disfrutamos de merendar, de cenar, aprendí recetas nuevas solo para él, fuimos a ver un recital que él quería ir a ver, lo acompañé hasta la puerta de la facultad bastantes veces, viajamos a Rosario un fin de semana largo, comimos helado, caminamos de la mano, fuimos al Malba, nos quedamos despiertos hasta tarde haciendo la nada misma, conoció a la mayoría de mis amigos, vino al cumpleaños de mi hermana, etc etc, inclusive lo extrañé, lo dejé de extrañar, lo amé y lo odié.
A pesar de todas esas cosas no tengo ninguna canción que comparta con él, que me haga acordar a él, que me lleve a él.
Irónico que una de las personas con las que más compartí no me remonte a absolutamente ninguna canción, ninguna melodía, ni siquiera un acorde, un compás, un estribillo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Flor.

Tengo ganas de escribir sobre muchas cosas pero  de todas las opciones la elijo a ella: mi compañera de facultad.
Me acerqué a hablarle porque la vi sola y perdida, más o menos como estaba yo, las primeras semanas del primer cuatrimestre de mi primer año en Capital Federal viviendo lejos de mi familia. Primer, primero, primera.
Durante la primer semana, en la clase de Expresión Oral y Escrita I, ella leía en voz alta frente a toda la clase (un grupo de ¿50, 60 alumnos? no sé, me acuerdo que éramos muchos) y la profesora Beatriz (pelo rojo, lentes,de baja estatura, rechoncha), le dijo a boca de jarro " me parece que tenés un problemita de coordinación, me parece que sos disléxica".
Ella se sentó con la mirada baja y la cara más roja que un tomate y supongo que en ese momento quiso desaparecer (más tarde me enteré que lloró mucho por la humillación que sintió ese día). Le hablé en el recreo y ese fue el principio de todo.
Era de Bahía Blanca, del interior como yo, vivía con su hermano mayor en un departamento en Belgrano y era tímida  aunque  a medida que nos fuimos conociendo descubrí que no tenía reparos en hablar de nada, de NADA.
Hicimos millones de trabajos prácticos juntas, salimos, nos emborrachamos, lloramos, estuvo cuando falleció mi tío, cuando las cosas se me hacían difíciles, nos alejamos, volvimos a acercarnos, me escuchó, me abrazó y se rió con todas las pavadas que le decía, almorzamos, cenamos, dormimos juntas, pasamos la etapa de "me enamoré, me dejó, me pelee, discutí, lo amo igual" , tomamos cafes, comimos entrerrianos, se enfermó, se curó, hablamos de sexo hasta que nos dolió la pansa de tanto reírnos, me vendió al mejor postor la primera noche que salimos acá, me "cagó a pedos" cuando lo tuvo que hacer, me consoló, entendió cuando no tenía ganas de hacer nada, le "sacamos el cuero" juntas a muchas personas solamente por diversión ( y también porque realmente nos caían mal).
Ella es Flor:  un poco rubia, (si, poco, no me jodas, no sos lo que se dice rubia rubia), bajita (habló la que mide 2 metros), chiquita pero con un corazón enorme.
Una vez una profesora en la secundaria me dijo "las personas que conozcas en la facultad, con las que hagas trabajos, que tomes mates, que compartis cosas, esas personas van a ser tus amigos toda la vida".
Ella era mi compañera de facultad y ahora...ahora es ella, mi amiga.



viernes, 26 de julio de 2013

Soundtrack VII

Lo conocí un verano donde estábamos de vacaciones con nuestras respectivas familias en medio de una noche medianamente fría, el barco se movía bastante, él tenía puesto jean y camisa y yo llevaba un vestido negro de encaje.
Me le acerqué cuando él estaba solo sentado en la barra mirando su celular con la música del verano de fondo: reggaeton, cumbia, canciones con remix.
Hablamos y bailamos "cómo gusta la noche, cómo me gusta la noche" justamente no era lo más romántico del mundo pero era verano, todo el mundo de joda, Brasil, alcohol y boliche.
Siguió un ritmo más movido, cuarteto, y él, naturalmente, me hizo dar vueltas y vueltas, un poco bailamos agarrados de la mano, otro poco cada uno por su lado, "cómo le digo a mi mujer que ya no la quiero más, que otra ocupa su lugar, que sin ti vivir no puedo", risas y risas, vueltas. Miré hacia un lado y mi hermana bailaba con el chico que habíamos conocido hacía un rato atrás.
Entre David Guetta y Daddy Yankee decidimos ir hacia afuera a tomar un poco de aire: mucho calor, muchas canciones con la misma base "Prrum prrum, chic chic chic chic", mismos sonidos,mismos ritmos: cansador.
Lo primero que noté fue su voz, pausada y tranquila, después su sonrisa, hermosa, su pelo, rulos por aquí y por allá, sus ojos, un lindo color marrón, su espalda, ancha y perfecta, y su boca, no muy carnosa pero tampoco tenía los labios finitos.
Era alto, bah la altura justa para mí, y pensé que podía acurrucarme perfectamente contra él o que me podía abrazar muy cómodamente, sus manos eran suaves y su risa, atrayente... " oiga DJ ponga la música que pide la gente".
Hablamos toda la noche, río varias veces con mis comentarios un tanto boludos, me miró todo el tiempo directamente a los ojos, hecho que me puso bastante muy nerviosa, y se fue.
Lo perdí durante un día y medio hasta que nos volvimos a encontrar y siempre íbamos a bailar, a la joda.
Desde ese día cada vez que escucho "llorando se fue la que un día me hizo llorar" (Don Omar), "cómo me gusta la noche, cómo me gusta la noche, las chetas y las rochas paseando en mi coche" (Nene Malo), "che che re re re che che che re re che" (Gustavo Lima),"nos favorece el sol, tu bronceado, y el calor, no puede estar mejor! " (Daddy Yankee), me transporto a ese momento exacto donde le dije "Hola, ¿ por qué estás mirando el celular a cada rato? ¿ estás solo? vení, hacete amigo" y su sonrisa, su mirada y todo lo que vino después...


martes, 16 de julio de 2013

Soundtrack VIII.

Solía llegar a su departamento, sacarme los zapatos y sentarme en la silla mientras él abría una botella de cerveza y me invitaba un pucho.
Hablábamos durante horas, nos reíamos bastante y escuchábamos música pero esa noche fue particular.
Mi amigo, su amigo y compañero de departamento, no estaba así que éramos él y yo,  tranquilos, lloviznaba un poco y no hacía frío por lo que la ventana del balcón estaba abierta de par en par.
Habíamos tomado dos botellas de cerveza y los puchos se acumulaban en el cenicero de la mesa del sector "comedor-cocina" (era un monoambiente).
Después de conversar un buen rato, él se levantó, fue hasta la computadora y puso un CD de Soda Stereo, después se sentó a mi lado en la cama y me dio un beso.
Me acuerdo de ver la luz de la mañana entrando por la ventana,del frío de las 6.00 AM, de haberme acurrucado entre sus brazos y de las canciones de Soda Stereo que seguían sonando de fondo, hasta que me dormí.
Otra vez, ya instalado en otro departamento, pasó casi lo mismo, con la excepción que la música de Soda Stereo la había puesto mi amigo, su compañero de departamento, a un volumen considerablemente alto, supongo que para mitigar cualquier sonido.
De nuevo la misma situación: la luz de la mañana temprano entrando por la ventana, el frío, acurrucarme en sus brazos y dormirme, con las canciones de Soda desde el living.
Claramente, cada vez que escucho Soda me acuerdo de él.
Otra banda más que forma parte del soundtrack de mi vida.



miércoles, 3 de julio de 2013

no estaría

No estaría siendo feliz con lo que estoy haciendo. Durísimo, che. Me parece que es hora de cambiar.

martes, 2 de julio de 2013

Sobre molestias.

Hace semanas que estoy intolerante, no me banco nada, me molestan muchas cosas específicas y necesito descargar: los amigos que se ponen de novios por primera vez y se desaparecen de la tierra, los apodos pelotudos que se ponen, la gente "cómoda", los comentarios fuera de lugar, rendir, no tener chocolate cuando más lo necesito, las personas que roncan, los que hablan con demasiadas muletillas o agregan "s" al final de las palabras o la "n" o que hablan como el carajo, los que tienen horrores de ortografía (me sangran los ojos cuando veo palabras mal escritas, a ver ponete a leer, usá un diccionario, no sé, hace algo), los gatos, los que hablan sin parar en el cine, los que mastican chicle con la boca abierta, los que te empujan en el bondi y de mal humor te dicen " a ver, permiso" (pelotudo/a está lleno, no hay lugar, no me mires con cara de orto sino me puedo mover), las "casadas" (no tienen otro tema de conversación que no sea lo que hicieron durante el finde con su futuro marido,novio, lo que sea), que hablen encima de lo que vos estás hablando queriendo tapar lo que una está diciendo, que no me contesten una invitación ( a ver, si es un evento y tenés que confirmar porque de eso depende la compra de determinadas cosas, decí "si, voy" o "No voy", no tengo que andar persiguiéndote, porque sino comprás lo justo y necesario y resulta que te caen 10 personas más), mi vecino que fuma porro pero en el proceso escupe los pulmones de la tos que le da el fumar, las que se hacen las borrachas en la fila del boliche, la vendedora que se te para al lado cuando estás mirando los productos, los que te preguntan "¿cómo te fue? ¿aprobaste? " y la mejor "¿cuánto te sacaste?" (qué te importa, problema mío sí desaprobé o no, si saqué un 4 o un 10, no te modifica en nada a vos), los que se meten con tu estilo de vida y opina y opinan, los que hablan sin saber, los que hablan por hablar porque el aire es gratis, los "yo me las sé todas", la vecina que grita y grita a sus hijos y da portasos y esas cosas (a ver señora, deje de gritar que tiene vecinos y molesta que todo el tiempo chille y chille), el gordo del 5to a con mirada libidinosa (te abre la puerta, le decis gracias y te responde: de nada¿ qué me das a cambio?, ASQUEROSO), los que preguntan "ay pero ¿es gay, es lesbiana? será o no será?" ( qué te importa! lo que haga el otro en su vida sexual/afectiva no te incumbe, si es o no es te lo dirá si quiere o no, en qué te modifica), la indiferencia, el orgullo boludo, los que en vez de decirte cuál es el problema se borran de un día para el otro (dale, somos grandes, hablemos y listo), las personas que te dicen "te extraño" y no hacen nada para verte.

Creo que por ahora eso es todo.

jueves, 6 de junio de 2013

¿Viste cuando tenés ganas de mandar a todos al carajo, dejar todo e irte por ahí?Ok, así.

sábado, 18 de mayo de 2013

Un día como hoy.

Hoy salí con una de mis amigas de la universidad y no sé porqué pero siempre que voy a algún lugar conozco gente nueva: hoy bailé con un chico que tenía remera animal print y era un amor, nos despedimos con un beso, un abrazo y un "sos lo más,caro, me divertí mucho con vos", con otro que me quiso encarar toda la noche y el barman (conocido mío) le decía que fuera para adelante, otro que estaba sentado solo tomando una botella de agua y me contó que jugaba un partido de futbol y solo salió para "despejar la mente,del laburo y del estudio, a veces me cansa mucho y necesito pensar en la nada misma, como ahora, pero que te cuento todo esto y no sé porqué".
Más tarde estuve dialogando con un chico que, al finalizar la hora de boliche, me invitó a desayunar y  acepté porque me parecía muy simpático.
Yendo hacia la confitería compró un ramo de flores rojas para obsequiarme, un gesto muy tierno, y desayunamos en una esquina cualquiera de Buenos Aires: facturas, café (en realidad, él un cortado y yo una lágrima) y hablamos acerca de nuestras vidas y proyectos.
Lo curioso, más allá de las flores y el desayuno, fue que nunca pidió nada a cambio, nunca intentó un abrazo, un beso,ni algo más, dejó que fluya todo, que hablemos, que nos riamos.
Me acompañó hasta la puerta del edificio donde vivo y recién en ese momento nos dimos un beso, sin presiones, tranquilos.
No sé si lo voy a volver a ver pero me di cuenta que si dejo que todo fluya, si sigo así como estoy (sin sobresaltos, contenta, disfrutando mi soledad sin esa necesidad de tener alguien a mi lado, queriéndome y apreciando cada momento de mi vida), pueden pasar cosas maravillosas, cosas que me toquen el corazón.



lunes, 13 de mayo de 2013

E.

Estoy en mi casa de Playa Unión con mi familia y llegás con un amigo porque este verano decidieron recorrer la provincia, bah, las ciudades o lugares turísticos y me llamaste para que los acompañara a recorrer la villa balnearia donde vivo.
Estás en la puerta de casa justo a la hora del almuerzo, me saludás con un abrazo y un beso,preguntas si necesitamos ayuda (mi papá está haciendo asado en el quincho y con mi mamá nos estamos encargando de las ensaladas) y contesto que sí.
Te pones a cortar tomate y me ofreces un pedacito para que compruebe que realmente está rico, entonces cuando voy a agarrar un tenedor me decís que no, que para qué si ya lo tenés en la mano y me ofreces que coma de ahí, sorprendida agarro el tomate y sin querer (o no)rozo tu dedo índice que sostiene la verdura.
Me miras con tus ojos marrones cargados de asombro porque no sabes interpretar si fue a propósito o no, pero seguimos hablando y seguís cortando el tomate.
La ensalada está lista y nos dirigimos hacia el quincho, tu amigo no sé dónde está, solamente te veo a vos sentado en la mesa,feliz, porque vamos a comer un cordero hecho al asador,te sirvo vino tinto y hablas y hablas con mis viejos.
Terminamos de almorzar y me piden que los acompañe a recorrer Playa Unión,voy a abrir el portón del garage así saco el auto pero en el momento en el que estoy en la puerta te acercas desde atrás y muy cerca del oído me decís "me gustas,mucho".
Mis piernas se aflojan pero disimulo que no me importa que estés a dos centímetros de mi cuello, tu perfume, esa extraña energía que se forma entre dos personas en el momento previo a un beso, y no hago nada, me quedo quieta.
Volvés a repetir la frase, pero esta vez me das un beso en la nuca y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, es obvio que te correspondo: desde el primer momento que te vi de traje, presentándote y contando lo que íbamos  a hacer durante toda la cursada que te quiero.
Y entonces cuando me doy vuelta para que me des otro beso... me despierto de golpe.
El reloj indica las 7.15, todavía me quedan 30 minutos antes de que suene el despertador para que me levante a estudiar y mi bronca por haberme despertado no se esfuma.


sábado, 13 de abril de 2013

Un viernes.

Ok, estoy sentada en mi sillón habiendo bebido cerveza y rakia (bebida macedónica), después de haber ido a un increíble recital y hay dos personas que no conozco en mi departamento: uno sentado en el almohadón del piso fumando la misma marca de puchos que fumo yo los fines de semana, y otro sentado en una banqueta cerca de la tabla de planchar (que quedó de hoy a la tarde).
Recital: canté, bailé, grité y reí con amigos que son "muy buena onda" y me hicieron pasar un show de casi 4 horas de manera entretenida y sintiendo lo mismo que yo al ver esa banda.
Post- recital: conocí gente nueva, amo conocer personas todo el tiempo: me gusta escucharlos hablar, ver cómo se relacionan, tratar de sacar una conclusión acerca de cómo son y divertirme.
El que fuma puchos tiene un tono de voz bastante agradable, grave, tranquilo y distendido mientras que el otro, ese de la banqueta, se ríe, hace comentarios que a veces no me agradan pero que igualmente me parece simpático porque tiene una risa contagiosa y además es amigo de un amigo (por algo lo eligió como amigo),  y su tono de voz también es tranquilo y relajado, perfecto para caerme bien.
Música,cerveza y más risas. La perfecta combinación para terminar un excelente viernes.

miércoles, 3 de abril de 2013

Se acercó a mi oído y habló con un tono de voz tranquilo y secreto. Me dijo "te quiero" y me quedé callada.

sábado, 30 de marzo de 2013

Y vos...

Hola sí, ¿viste cuando tenes dos problemas gigantes en la cabeza? o tres, o cuatro? si intentar con ese flaco que tiene un "noséqué" pero sabiendo que no tenés un futuro o por lo menos no te ves en un futuro con él, y ese hermano de tu amiga que sabés que es "prohibido" pero que eso es justamente lo que te atrae o conocer a un chico de por ahí,ponele Colombia, y que sea super buena onda o tomar un café con alguien que te dice "yo no estoy para pelotudeces, ya estoy "viejo"" .
Y volvés en taxi con tu hermana y la amiga de tu hermana, hablando de chicos, ebrias, riendo y apenas pudiendo teclear algo decente pero sentís la necesidad de tomar esa taza de té de manzanilla, canela y miel para aliviar el malestar, la resaca, la culpabilidad pero que te ayuda a reflexionar.
Hola sí, porque mientras estás en el taxi sentís el viento suave en tu  cara, no acotas palabras, reflexionás (como siempre) acerca de todo lo que pasó o lo que puede llegar a pasar, y se te mezclan las letras y las palabras y todo sale como sale y ya, no te preocupas por la ortografía o la sintaxis o gramática, realmente te "chupa un huevo".
Hola sí, dormís con tu mamá y te tranquilizas. Hola sí, rememorás una canción y ahora yo me remonto a ese puto crucero donde estabas vos, tus mordidas, tu risa, tus ojos marrones y tus abrazos.
Pero sobretodo tu ternura.
Al final, no importa lo que piense o sienta o me pase, siempre vuelvo a vos, siempre pienso en vos y en el mar y en esa canción que SIEMPRE pasaban en el boliche y bailábamos juntos y en el sabor de tus besos y lo dulce de tus abrazos y tu mirada directo hacia mis ojos, sintiéndome incómoda y desnuda ( a pesar de estar vestida de pies a cabeza) y el mar de fondo y tu mano en mi cintura  y el sol asomando de manera tímida en el horizonte y vos...vos suspirando de placer.

domingo, 17 de marzo de 2013

Te busco.

Me encuentro buscando tu cara entre las caras de todos en el boliche, entre los vasos de cerveza, las risas y las luces de colores.
Te busco, te busco en cada perfume de hombre, en cada mano apoyada en mi cintura, en cada gesto amistoso y empujones que me dan para poder pasar entre esa marea de gente.
Y al no encontrarte te imagino por ahí, haciendo lo mismo que yo en otro lado, en la otra punta del país o cerca, en algún lugar, riéndote y abrazando a otra persona o tal vez hablándole al oído.
Vuelvo caminando con mis amigos, una, dos,cinco cuadras, con el ruido de los tacos que retumban entre las paredes de los edificios y las calles vacías de gente en Buenos Aires, porque claro: es domingo a las 7.00 am.
Muero de ganas de sentir tu mano acariciando mi pelo hasta que yo me duerma o tal vez que me des un beso en la mejilla o me muerdas un poquito, como hiciste esa noche donde nos besamos por primera y última vez.
Hace frío, las frazadas no logran que entre en calor para que duerma tranquila porque te busco... te busco en todos lados.


domingo, 10 de marzo de 2013

Vivo.

Y entonces me da un beso mirándome a los ojos y diciendo "pero boluda, ¿qué me estás diciendo?" y yo no puedo hacer otra cosa que sonreír, con el alma, con el pucho en la mano, con todo.
Y entonces vuelvo caminando con una amiga desde Av. Córdoba y Laprida siguiendo el olor de unas facturas recién hechas hasta encontrar un café en una esquina cualquiera de Buenos Aires y pedir dos lágrimas y tostado de jamón y queso.
Y entonces vuelvo a hablar, en ese lenguaje de ebria de cuando tenes 20 y tantos años, de mi ex, de mi otro ex, de ese que no me pudo dar lo que yo quise, mientras disfruto de mi tostadito, tranquila.
Y voy  caminando las cuadras que quedan hasta llegar a casa, sintiendo el viento que apenas hace mover mi pelo (ese que me llega hasta la cintura) para atrás, obligándolo a esconderse detrás de mis orejas, cerrando los ojos para sentirlo con todos mis sentidos.
Y entonces camino, escucho una conversación de dos amigos mientras se fuman un pucho "si porque la verdad ya no daba para más" y yo sola, camino sola, siento las hojas bailar en mis pies que están envueltos en sandalias con taco de corcho, siento el viento jugando con mi pelo, veo un caniche cagando (porque es la hora en que los dueños sacan a sus perros a pasear), un fox terrier sonriendo, los dedos que juegan con las rejas de esas ventanas de planta baja de los edificios y pienso "¿qué más puedo pedir?, siento todo, huelo, escucho, gusto".
Y entonces todos me miran, los porteros curiosos, las señoras "oligarcas" con sus perros de raza, el sol que me traspasa y hace que cierre los ojos, la increíble noche con mis amigos, el reencuentro con alguien de hace mucho tiempo ,las burlas de esos que forman parte de la barra del boliche (mis pensamientos de "qué imbéciles"), mi amiga riéndose, el llamado a mi hermana para estar tranquila que está bien.
Y entonces "caigo": esta soy yo, un domingo a las 9.20 de la mañana volviendo de "joda", sola, con la sonrisa más grande instalada en mi cara y el recuerdo de una excelente noche con amigos.
Soy yo y vivo, vivo, y soy feliz, vivo y estoy triste, vivo y siento TODO.

jueves, 7 de marzo de 2013

Mis amigos.

Todavía me sigo sorprendiendo de cuán maravillosos son los amigos que tengo porque al menor pedido de ayuda, apenas digo "Loco, estoy mal," aparecen para hablar, para escucharme, para dejar que exprese todo lo que siento desde el otro lado del continente, desde un país cercano o estando a 40 minutos de viaje, a media cuadra,sean las 4 de la mañana, las 9 de la noche, las 3 de la mañana.
Jamás me juzgan, se ríen conmigo (a veces también de mí), me alientan, me motivan, me dicen palabras cariñosas y cuánto me quieren.
Esos son mis amigos, esa es la gente que más amo en este mundo. Y por ellos, la vida.

jueves, 28 de febrero de 2013

Navegar, navegar,

Entonces cuando me enojo y todo se está por ir al carajo, lo único que tengo que hacer es escuchar la música que me hace acordar a vos y volver a sonreír.

viernes, 22 de febrero de 2013

Aunque no estés.

La primera vez que lo vi me llamaron la atención sus rulos y que estaba solo sentado en la barra viendo el celular: no sé si se fijaba la hora o si tenía señal, pero yo estaba con mi hermana y un chico que habíamos conocido esa noche y me acerqué a hablarle.
La música sonaba de fondo y charlamos y bailamos y terminamos viendo las olitas que iba dejando el barco a medida que avanzaba.
Después de despedirnos esa mañana no lo volví a ver hasta dos días después en un bar de los tantos que había en ese crucero de 15 pisos, me senté en una mesa con él y me ayudó a ir tapando los números que salían en el bingo, no gané nada pero  hablé con él, mucho.
Lo volví a cruzar cerca del sector de la pileta y estaba con una chica: celos, muchos,  pero especialmente irracionales: ¿cómo puede ser que sintiese celos si lo había conocido hacía 4 días?.
Pasaron los días y en la última parada del crucero, Punta del Este, mientras trataba de sumergirme en ese mar de agua transparentes junto a mi hermana y mi tía, lo vi. Estaba en el muelle haciendo la fila para subirse al catamaran que nos llevaba al crucero.
Nos saludamos con la mano, le hice señas que viniera aunque me indicó que ya se iba, me sumergí al agua fría  y lo vi  mojándose los pies en la orilla del mar.
Nadamos, tomamos sol y me dijo "Nos vemos esta noche, la última". El corazón latió fuerte:  yo no me decidía a dar "el paso" pero si iba a pasar algo que lo decidiera él.
Boliche, música, tragos, sillones y ahí estábamos todos: la chica con la que lo había visto cerca de la pileta, mi hermana, él y yo.
Misteriosamente, su amiga y  mi hermana desaparecieron por lo que nosotros nos fuimos a la cubierta del barco y hacía frío y viento y el mar estaba lleno de olas y entonces se acercó, me cubrió del frío y lo supe: se acercaba el momento, esos segundos previos a un beso donde los dos saben qué es lo que va a pasar, la adrenalina, la ansiedad y el "me gustas" en los ojos. Entonces, como en Titanic donde se encuentran en la punta del barco Rose y Jack, me di vuelta y me encontré con su boca, dulce, tierna, suave.
Esas últimas horas arriba del barco hablamos, nos besamos, reímos, desayunamos y nos despedimos, él volvía hacia Tucuman y yo a Buenos Aires.
No sé si lo volveré a ver, él está allá y yo...yo acá pensando en él.



"Y si vos querés te voy a buscar 
Para que los días no se vayan sin pensar. 
Y si vos querés te voy a buscar 
Y dejamos los caminos libres de humedad."


(Lisandro Aristimuño- Canción de amor)