miércoles, 4 de abril de 2012

Primer amor II.

Me gustaba el lunar chiquitito casi imperceptible que tenías al lado del ojo derecho cerca de la ceja pero que no llegaba a tocarla.
También me gustaba el sonido de tu risa la cual al principio era un poco tímida para después ir creciendo hasta finalizar en una carcajada despreocupada.
Adoré  tu manera de agarrarme por primera vez la mano cuando íbamos paseando y mirando vidrieras, me miraste y casi instantáneamente entrelazaste tus dedos con los míos. El contraste de tu piel blanca y  mi piel morocha formaba una linda combinación.
Me emocioné cuando  tus ojos marrones llenos de paz y alegría me miraron para después acercarte despacito y darme un beso, mi primer beso.
Tus rulos me tentaron un millón de veces a tocarlos y desarmarlos para que después vuelvan a su forma original sin importar las veces que intenté despeinarte mientras nos reíamos.
Tu nariz pequeña me hizo caricias en mis mejillas y en el cuello y pudo sentir el perfume, ese perfume, que sólo utilizaba cuando te iba a ver.
Me enamoraba cuando me abrazabas por detrás, envolviéndome en un abrazo de oso y haciéndome sentir protegida contra todo y de todos. Y que me hablaras al oído mientras tus brazos envolvían mi cintura para decirme cuánto me querías, cuán enamorado estabas de mí.
Tu voz, tus palabras, tus besos que me enseñaban a besar, que me mostraras la música que te gustaba pero que a mi mucho no me entretenía. Aunque  ahora, curiosamente o no, escucho de vez en cuando y me agrada bastante.
Me gustaba cuando éramos vos y yo, juntos.

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